30 Entonces, el que en primera fila se había entregado, en cuerpo y
alma, al bien de sus conciudadanos, el que había guardado hacia sus
compatriotas los buenos sentimientos de su juventud, mandó cortar la
cabeza de Nicanor y su brazo, hasta el hombro, y llevarlos a Jerusalén.
31 Llegado allí convocó a sus compatriotas, puso a los sacerdotes
ante el altar y mandó buscar a los de la Ciudadela.